RETO SEMANAL ENTREGABLE MODULO 2 - EL LARGO CAMINO HACIA LA IGUALDAD - CLARA CAMPOAMOR
Reto semanal entregable módulo 2
El largo camino
hacia la igualdad.
CLARA CAMPOAMOR, fue una mujer
que luchó a favor de la igualdad entre mujeres y hombres en España.
Fue precisamente en esta época cuando Clara empezó a frecuentar los
ambientes intelectuales madrileños y entró en contacto con activistas
feministas como la sufragista Carmen de Burgos. También empezó a escribir para
el diario conservador La Tribuna, donde conocería a su futura
compañera en las Cortes Españolas, Eva Nelken. Todo ello despertó en ella
el interés por la política y en particular por la situación de la mujer. Empezó
a colaborar en diversas asociaciones feministas, dando conferencias y
escribiendo para la prensa.
Aunque el activismo feminista estaba presente en las grandes ciudades
como Madrid y Barcelona, se trataba mayoritariamente de agrupaciones de
carácter profesional y académico. La propia Campoamor, que se había licenciado
en Derecho y había sido la segunda mujer en ingresar al Colegio de Abogados de
Madrid después de Victoria Kent, participó en la fundación de dos de estas
agrupaciones: la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas y el
Instituto Internacional de Uniones Intelectuales.
“Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar
entrada a esa mitad de género humano en política, para que la política sea cosa
de dos, porque solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las
hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar, a votar
impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y
sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras”. Era el año 1935 cuando Clara
Campoamor escribía estas palabras en El voto femenino y yo: mi pecado mortal, una obra en la que exponía la lucha por el
derecho de voto de las mujeres y en la que había invertido muchas horas los años
anteriores. En diciembre de 1931 había sido aprobada la nueva Constitución
que reconocía ese derecho, un triunfo logrado tras muchas dificultades y
decepciones.
Hasta 1931 las españolas podían ser
elegidas pero no tenían derecho al voto. La abogada, y activista
feminista, Clara Campoamor acabó con esa discriminación por primera vez en la historia.
Consiguió que la Constitución republicana de 1931 reconociera el derecho al
voto de todas las mujeres. Esta es su historia.
“Los ciudadanos de uno y otro sexo
mayores de 23 años tendrán los mismos derechos electorales conforme a los que
determinen las leyes.” Artículo 36 de la Constitución de 1931, la de la
República.
Para llegar a eso, la jurista Clara
Campoamor, que se presentaba por el Partido Radical, una
formación de centro progresista de la época, se debió enfrentar a buena parte de
la Cámara de los Diputados y especialmente a otras dos mujeres: Victoria Kent, del Partido Republicano Radical
Socialista, y Margarita Nelken, del PSOE.
Éstas, pese a apoyar el voto
femenino, consideraban que no era el momento oportuno para implantarlo porque a
las mujeres españolas les faltaba madurez y responsabilidad social lo que
podría poner en peligro la estabilidad de la República.
Temían la gran influencia que la
Iglesia podía tener en ellas porque un porcentaje muy elevado consultaría a su
confesor antes de ir a votar, favoreciendo así a los partidos de derechas.
Los enfrentamientos verbales entre
Campoamor y Kent fueron míticos en aquella primera legislatura. Por
suerte, en esa ocasión vencieron los argumentos de Clara Campoamor por 40 votos
de diferencia. 161 a favor y 121 en contra. Como consecuencia, la Segunda
República española igualó al hombre y a la mujer en este derecho
elemental.
Y es que como aseguraba Campoamor
en su discurso de defensa del sufragio femenino:” Yo, señores
diputados, me siento ciudadano antes que mujer, y considero que sería un
profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho, a la mujer
que espera y confía en vosotros; a la mujer que, como ocurrió con otras fuerzas
nuevas en la revolución francesa, será indiscutiblemente una nueva fuerza que
se incorpora al derecho y no hay sino que empujarla a que siga su camino”.
El recién adquirido derecho se
materializó dos años más tarde, en las elecciones de 1933, cuando las mujeres
españolas pudieron acudir a las urnas. Sin embargo, la alegría de Clara
Campoamor y de quienes apoyaban el sufragio femenino tuvo fecha de
caducidad.
Apenas tres años después, tras
el golpe de estado y la dictadura franquista instaurada en 1939, las
ilusiones democráticas se diluyeron y tardaría 40 años en volver a aparecer.
Concretamente, la ilusión del voto
femenino volvió a ser una realidad en las elecciones democráticas de 1977.
Hoy, cuando ya han pasado 85 años
de aquellos fantásticos debates que sostuvo Clara Campoamor en el parlamento,
algo nos ha quedado de ellos: el derecho irrenunciable a la igualdad de
derechos entre hombres y mujeres.
El motivo por el
que he elegido a Clara Campoamor es porque fue la propulsora de lo que hoy conocemos
como El principio de igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Sólo por eso Clara Campoamor, merece
tener un recuerdo imborrable en la memoria de los hombres y las mujeres de
bien.
Y es que, por mucho tiempo que haya
transcurrido, nadie debería olvidar que tan insigne jurista no dio la primera
batalla por conseguir el sufragio femenino, sino que contribuyó de forma
decisiva a la conquista del voto de las mujeres españolas y con ello a la
efectividad del derecho a la igualdad entre mujeres y hombres.
Clara Campoamor fue la mujer
que plasmó en el Parlamento la reivindicación de ese derecho básico en
cualquier sociedad democrática.
Página web Confilegal
Página web National Geographic
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